- ¡Sabía que trabajabas en algo!
Rita se ve radiante. Quizás no sepa fingir enfado, pero felicidad lo hace estupendamente. También puede ser que sea realmente feliz con algo tan nimio como que yo le hable de mi trabajo. Si es así, creo que la envidio un poco. No, mucho. Por suerte es una envidia entre amigos.
- Es una novela
- ¿Cómo? ¿No es un poemario? Pensaba que solo escribías poesía.
Suspira con algo de desilusión. No sé que es lo que la defrauda tanto. Por una parte ella sabe que no solo escribo poesía, muchas veces se ha ofrecido a mecanografiar mis cuentos. Por otro lado, siendo sincero, lo único que no escribo es poesía. Solo la vomito, y eso no es escribir, es vomitar.
- ¿Y de qué se trata?
- No sé
Otra vez la mirada de desaprobación.
- Es en serio.
- Te encanta hacerte el interesante…
No es verdad. Me agrada Rita, pero cuando estoy con ella todo se repite al pie de la letra. Peleamos. Para combatir la monotonía esta vez pagué yo.
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