jueves, 31 de julio de 2008

Anoche la tormenta fue intensa y hoy no da señales de aminorar. Estoy deprimido. A pesar de la marcada predilección que tengo por la lluvia en relación al sol, me decepciona no tener que quejarme contra un sol abrasante. Supongo que se debe a que uno siempre quiero algo distinto, algo más. ¿Quién puede culparme por eso?

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