jueves, 31 de julio de 2008

Cojo un paraguas. Me detengo. La inmovilidad me hace cambiar de opinión y dejo el paraguas. El silencio de la casa en contrapunto con el estrépito de la tormenta me aclara que estoy cometiendo un error al salir solo con mi impermeable negro. Siempre he sido un tipo obstinado.

Abro la puerta, enciendo un cigarro y salgo de la casa. Fumar con lluvia tiene toda una técnica. No hay nada peor que el tabaco mojado.

Las nubes.

-“No escupas al cielo Juan José, puede caerte en la cara.”

Debería haber escuchado a Rita cuando me lo advirtió.

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