lunes, 21 de julio de 2008

Después de escucharme hablar con el arrendatario por teléfono, Mefistófeles salio corriendo disparado por la habitación. Lo entiendo, yo también estaría molesto si es que tuviera que mudarme en contra de mi voluntad, pero ya está hecho. Voy a mi cuarto y abro el ropero de par en par. La ropa cae al piso. Casi puedo escuchar a Nina diciéndome “¡Porqué eres tan desordenado!” y a Claus riendo. Que cierto es eso de que uno siempre lleva a sus seres queridos con uno. Bajo la maleta negra y comienzo a empacar Al principio doblo todo, pero termino sentado sobre la maleta para que se cierre.

1 comentario:

Tormenta dijo...

jajajajaj siempre ha sido así
recuerdo perfecto los viajes a temuco...
y bueno a la playa... y en el mochileo...
hey! igual hemos viajado, eh?
No lo suficiente.
Cuando te veo, viajo.
NO he viajado lo suficiente.

uaaaahhh!!! :P
y los árboles cantan! xD