Ahora sé que esas plazas que aparecieron silenciosas, esa minuciosidad en el trato de lo silvestre, no correspondían a un esfuerzo gremial entre las casas, sino al de una sola. De la chimenea de esta casa, que era la última de la calle o la primera si es que vienes desde el bosque, emergía constantemente humo ahora apenas perceptible contra el tupido cielo.
sábado, 23 de agosto de 2008
jueves, 31 de julio de 2008
El pueblo donde esta mi casa, herencia de mis abuelos maternos, es un conjunto de casas pequeñas y de muchos colores. Lo policromático del barrio parece estar en guerra contra un cielo gris que arremete contra oxidados techos de zinc sin compasión.
Cojo un paraguas. Me detengo. La inmovilidad me hace cambiar de opinión y dejo el paraguas. El silencio de la casa en contrapunto con el estrépito de la tormenta me aclara que estoy cometiendo un error al salir solo con mi impermeable negro. Siempre he sido un tipo obstinado.
Anoche la tormenta fue intensa y hoy no da señales de aminorar. Estoy deprimido. A pesar de la marcada predilección que tengo por la lluvia en relación al sol, me decepciona no tener que quejarme contra un sol abrasante. Supongo que se debe a que uno siempre quiero algo distinto, algo más. ¿Quién puede culparme por eso?
martes, 29 de julio de 2008
Cresta. El piso está completamente mojado. La ventana se golpea, como si quisiera hablarme de la soledad de la casa… de la soledad y la necesidad urgente de ser cerrada, porque la lluvia es demasiado intensa. Me levanto aún algo aturdido. Ya está. Son las 11 pm.
Sueño. Estoy seguro de eso, porque los lugares a los que accedo son totalmente incoherentes. ¿Por qué al abrir la puerta de la cocina llego a un hotel mexicano?
Que lastima que este sueño se pierda para siempre, ya que jamás podré transmitirlo a cabalidad. Tampoco haré el intento. Me gustaría poder extirparme mis visiones nocturnas e implantárselas a alguien en la cabeza. Me gustaría que alguien soportara todo lo siento cuando duermo. Que tenga las mismas ensoñaciones, vea los mismos matices. ¿Cómo sería para esa persona levantarse un día y haber soñado el sueño de otro? Sería algo así como que le hubieran puesto un marcapasos o un pulmón nuevo. Ese alguien se levantaría y caminaría sabiendo que el que durmió fue otro, que no ha descansado, que aún no sueña, porque de eso se encarga la parte de un desconocido dentro de él, un desconocido escondido en alguna parte el mundo, tumbado en una cama o ebrio en una esquina.
Me enfrento a un error en el plano del sueño. Como veo imágenes, a veces se generan incongruencias en cuanto a la dimensionalidad. Es una de las cosas que me gusta de soñar, la realidad de la imagen es menos implacable que cuando estoy lúcido. Además todo tiene una perspectiva más dinámica.
Me siento despersonalizado.
lunes, 21 de julio de 2008
-Deberías descansar, Juan José ¿Porqué no te vas de viaje?
Acepté su consejo y ahora estoy en un bus rumbo a mi casa en la playa. Partí sin despedirme de Mefistófeles porque el seguía enojado conmigo y aún no regresa. A veces me preocupa que ese gato sea tan temperamental, sobretodo porque dicen que las mascotas se parecen a sus dueños.
Abro las ventanas y barro un rato. Aunque no venía hace tiempo, la casa está más limpia de lo que esperaba. Imaginaba que me encontraría un sol radiante y un clima templado, pero el cielo está nublado y hace frío. Lloverá. Me tiendo un rato y me quedo dormido.